Capítulo 13: Y por fin... el final de la telenovela!!!!!!!

Hasta que un día vino el Tiburcio Heidegger, con la noticia de que en Las Jilipina había unos sanadore que te curaban todo, desdi una pendiciti hasta un trantorno bipolar. Y todo le dijimos "¡Fide , tenís que ir!" . Y él dijo

Fide- ¡Ah, sí, claro, como qu´el viaje es grati!. ¡Si ni auto ni camioneta tengo!

Ma- Es bruto, como su padre...

Yo- Tonce, todos dijieron que ellos se iban a ocupar deso. Y se pusieron a armar atividades culturales para juntar jondos pa el viaje del Fide.
Pidieron prestao un terreno desocupao del jerrocarril, lo limpearon, y armaron una kermés que era un lujo solutarmente asiártico.
Los premios los había donado el farmaciótico, a pesar de loposición de su mujer, la farmaciótica ninfomaniática, que todavía estaba dispechada con el Fide porque la había dispreciado. Los susodichos premios eran unos produtos de jarmacia questaban vencidos o teriorados, y que les pusieron unos papeles de regalo, con moñito y todo, y quedaron un chiche.

Ma- Si me hubieran dicho a mí, yo tenía unos knishes que me habían quedado de péisaj, que se hubieran chupado los dedos hasta los codos.

Yo- El Infrascrito López tenía un puesto donde se competía pa ver quién hacía el gargajo más grande, y mejor apuntao. Que se medía en un blanco que habían digujao´n el suelo.
Se cobraba 2$ la participación y el premio era un frasco de pastillas antigases. Pero hubo una situación violenta, cuando se descubrió dópin en el primer ganador, porque un vecino lo deschavó de que había estado tomando jarabe espetorante, y por eso le salían qu´eran una espetacularidá. Entonce se lo descalcificó, y se le dio el premio al Mutante Esquetini, que tuvo una "perjomance más modesta, pero totalmente honesta", como dijo el diario, al día siguiente, en la reseña de la kermé.

El Ominoso Uribe tenía un puesto donde se competiciaba pa ver quién meaba más lejo. Dispués de lo que del dópin anterior, por las dudas, pa evitar fraudes dolorosos, a los participantes, antes de entrar, le hacían un anali pa ver si no se habían dao con diurético. También se pagaba 2$ para participar y el premio era un frasco de pastilla pa la tos o una caja de Tulipán 2° selección, que venía a ser que si estaba ujereado no había reclamo. En esta riesgosa prueba ganó el Reprimendo Gauna, que ya tenía 14 hijos, y que eligió las pastillas pa la tos porque no quería correr más riesgos...

En la zona jemenina, estaba el puesto de la Felisberta Remaggi, donde tenían que competir pa ver quién tenía má contorno de gusto, y en el de la Referenda Muño, donde ganaba la que tenía má contorno de cadera. También se pagaba 2$ y el premio era una caja de chicle lasante o una caja de pastilla anticoncetiva ( qu´estaban incompleta, pero servían pa ponerle a las planta que se venían grande por las hermana.., no, las hormona).

La de má busto salió la Emerencia Elizabé Gauna, que tienen qui hacerle los corpinios de medida en la toldería del Adelaido Piazza.

Y la de más cadera (que pa medirla tuvieron que pedir una cinta métrica a vialidá) risultó la Ayelén Yané Rostagutta, que cuando se saca la faja en la casa, es una cosa de que todos quedan apretao contra la pared.

Ma- Si hubiera ido yo, les pasaba el trapo a todas.

Yo-Y así. Todo de lo más fino, cultural y ducativo.
Y ahí jué que juntamo como 3000 euro y le compramos el pasaje, y se jue a las Jilipina a ver a esos sanadores. Y te via decir que hay que crer o reventar, con esto de las curaciones milagrosas. Porque al Fide, antes de irse, en el pueblo todos le decían Motor de Heladera...

Ma- Sí, porque era negro, petiso y medio caballo, como el padre.

Yo- Y allá, no sé si le hicieron o una basetomía de los miferio cerebrale, o una injiltración de yuyo filipino en el cerebelo. El asunto es que golvió: alto, rubio, de ojos verde, y con título de Ingeniero Cevil.

Entonce el Fide dijo Y bueno,... algo es algo... ¡No es lo mismo que médico cirujano, pero mejor que nada es!

Entonce, cuando se dio cuenta de que hablaba como Ma, dijo: ¿Vio como la tengo introyetada, mama?

Y mi mama dijo:
Ma- Ahora sí , ya puedo morirme. ¡Basta que vos sea feliz!